La literatura es un arte que usa como materia prima las palabras. Como todas las disciplinas artísticas busca la sorpresa y el interés del lector a través de una elaboración poco habitual de los materiales que utiliza: eso hacen los músicos con los sonidos, los pintores con las formas y colores o los escultores con la piedra, la madera... Los escritores crean mensajes literarios utilizando el lenguaje de forma que produzca sorpresa, entretenimiento y goce estético en el lector: pensad en la rima de los poemas o en la cuidada estructura de los acontecimientos en un cuento. Comparad el lenguaje de una poesía o de un relato con el de una noticia periodística o con el de un texto expositivo del libro de Geografía: en los primeros se busca sorprender y agradar al lector; en los segundos se pretende informar.
Ejemplo de leyenda:
El molino de sal
Está leyenda nórdica cuenta que hace muchos años existía un gigante que tenía un molino mágico. El molino era pequeño y podía producir sal. Un día, el gigante se lo regala a una mujer viuda y a su pequeña hija. Ambas trabajan con el molino y obtienen tanta sal que pueden venderla al pueblo. Desafortunadamente un duende, celoso del molino, lo roba y lo arroja al mar. Y por está razón el agua del mar es tan salada.
Ejemplo de mito:
El mito de Prometeo
El mito de Prometeo es uno de los más conocidos, y en él podemos ver como los antiguos griegos ya se preguntaron cómo habíamos descubierto y domeñado el fuego, considerándolo un regalo de origen prácticamente divino. El mito dice así:
“Prometeo era uno de los titanes, hijo de Jápeto y Clímene. Según algunos mitos junto con su hermano Epimeteo fue encargado con la tarea de crear a animales y a los humanos, siendo Prometeo quien decidió dar al hombre la capacidad de andar erguidos.
También burló y engañó a los dioses para favorecer a los mortales. En una ocasión en que Zeus prohibió el fuego a los mortales y viendo las necesidades y las dificultades del hombre para sobrevivir, decidió otorgarles el fuego. Por ello Prometeo entró en el Olimpo y robó el fuego del carro de Helios utilizando una caña, tras lo cual se lo entregó a los mortales de tal modo que pudieran calentarse y alumbrarse.
Pero Zeus se enfureció ante el robo, condenando al titán a ser encadenado al monte Caucaso, donde cada día y para siempre jamás, un águila acudiría a devorar su hígado. El órgano le volvería a crecer durante el día, de manera que el tormento se repetiría eternamente para este ser inmortal".
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